martes, 28 de junio de 2011

En el centro del mar

Actual profesora en el Art Institute de Boston, Cig Harvey es una fotógrafa inglesa que toma su inspiración de novelas asiáticas y japonesas, tanto como de la cotidianidad de la vida. El mar tiene gran presencia en su obra, no sólo como elemento metafórico, sino como escenario casual; su residencia en Maine tiene algo que ver con eso. Aun cuando trabaja de manera comercial, la mayor parte de su trabajo son proyectos personales entre los que abundan autorretratos. Los contrastes suaves que caracterizan sus imágenes son logrados, no sólo por medio de la técnica y la producción, sino porque es ella misma quien realiza sus impresiones en cuarto oscuro.Quizá el que sus imágenes apelen más a la posición del espectador que a la del modelo sea aquello que añade humor a sus tomas. Por otro lado, la luz resulta crucial para la sensación transmitida, a veces es dramática, otras es nebulosa, de pronto esconde y luego revela; pero es siempre hermosa. Es como un poco de ese Cielo que anda entre la Tierra.


Serie You look at me like an Emergency, 
2008


Muchas veces pensé que la paz había llegado
 
cuando la paz estaba muy lejos 
-
como los náufragos- creen que ven la tierra-
 en el centro del mar-



-Poema 739, Emily Dickinson

Publicado originalmente en un jardín aquí

domingo, 19 de junio de 2011

Homenaje

Ésta es una publicación especial. El miércoles pasado falleció la Maestra Maricela Mireles, quien fuera fundadora de la licenciatura de Diseño de Moda e Industria del Vestido en la UVM. Es una pérdida grande, aunque quizá poco notada por muchos. 

Su influencia en este blog es incalculable. Fue ella quien me mostró este lado íntimo de la moda y la indumentaria, fue ella quien me ayudó a llegar al punto aquel que me apasiona que es la comunicación de la belleza del cuerpo como espejo del espíritu. Sé lo contrariada que pudo sentirse por mi salida de la universidad, pero tuvo tanto que ver su visión en mi decisión que sería incorrecto decir que 'abandoné' la carrera; más bien la tomé por el lado que me corresponde: el humano. Y ella era eso, humana. 

El nivel de análisis al que ella siempre intentó llevar a sus alumnos, bien logrado, conllevaba el análisis de uno mismo y es éste el mejor método de formar diseñadores. Su aportación a la investigación de la moda a través del campo de estudio de la antropología es inmenso, no sólo a través de su cátedra sino de sus escritos.

Así que este es un pequeño homenaje para quien fue guía de tantos. 

Un sólo momento de conmover el corazón de una persona por medio de la apreciación de la belleza, el guiar una sola vida a su verdadero cause, vale la obra de una vida.



Descanse en paz
y en la belleza que nos mostrara.

miércoles, 8 de junio de 2011

La piel sobre la piel: materiales textiles

Desde la antigüedad, las técnicas de hilado, tejido y teñido de fibras han conformado la realidad social de las civilizaciones. Todo tejido consta de un elemento pasivo, la urdimbre, y otro activo, la trama.1 Su simbolismo radica en su cualidad de formar lazos entre entidades aparentemente distantes al tiempo que limita relaciones evidentemente cercanas. Miles de expresiones derivan de las acepciones del textil: texto es un tejido de palabras, textura es un entramado de sensaciones. Toda historia tiene una trama, conformamos un tejido social. Estamos siempre tejiendo, es parte de nuestro ser humanos. 

Los primeros textiles, al ser de origen vegetal, constituyeron una manera de unir al hombre con su ecosistema y desde entonces quedaron unidos diseño y naturaleza. El primer tejido en que estamos envueltos es nuestra propia piel, como órgano receptivo, mantiene una continua comunicación entre el sistema nervioso y nuestro alrededor. Así, la vestimenta se convierte en mediador entre el cuerpo y el medio ambiente: maximiza, matiza o disminuye los estímulos exteriores dependiendo de las cualidades del material y de la técnica de tejido.

Tanto el grado de comodidad como la actitud corporal quedan determinadas en mayor parte por la calidad de tela, que por el corte o la tipología de la prenda. El conocimiento de las características intrínsecas de un material textil, posibilita diseñar indumentaria con las suficientes bases para obtener productos funcionales, bellos y sustentables. La experimentación con materiales debe formar parte del proceso creativo y la elección de éstos debe resultar en la construcción de una identidad de diseño logrando que la biodiversidad y la pluralidad étnica del país se vean reflejadas en la gama de opciones de tejidos, texturas y colores.

Awakhuni es un interesante vocablo de origen quechua cuyo significado se traduce como 'tejerse a uno mismo, estarse tejiendo'. La relación del ser humano con el textil debe ser comprendida como un vínculo tangible y verdadero, un vínculo entre interior y exterior. No solamente a nivel piel - entorno sino individuo - sociedad. Por medio de la vestimenta, la persona se construye a sí misma con respecto a lo que desea ser, a lo que es y a lo que otros esperan que sea. Nos tejemos a nosotros mismos, en conjunto tejemos grupos y en grupos tejemos sociedad. Y esta idea es imposible de disociar del textil, ya que la función de éste es facilitar la adaptación del individuo a las condiciones de vida propuestas -de preferencia, aunque a veces impuestas- por la sociedad en que se desarrolla. Un textil que impide el desempeño natural, es un textil que rompe la relación entre quien lo porta y el resto de la humanidad; en ocasiones la situación puede utilizarse en favor, para resaltar, para diferenciarse, mas en otras resulta en algo desventajoso para el sujeto. El diseñador jamás debe perder esto de vista.

Percibir la prenda como el fin del proceso de diseño es algo así como tomar un atajo. Yendo desde aquel que siembra, pasando por quien recolecta, hila, urde, teje, tiñe y confecciona hasta llegar al usuario, todo componente humano debe ser considerado dentro del diseño, que debe abarcar el aspecto funcional y estético, tanto como el mismo proceso de producción. Trabajar con textiles debe suponer una comprensión del medio ambiente y del inconsciente colectivo, del habitat y de la psique.

 Un objeto colocado sobre el cuerpo tiene un efecto directo sobre la dignificación de quien lo porta y, tratándose de un material que permite la continuidad, como lo son los tejidos, procurar la unidad del individuo con su corporeidad, de los agricultores con los vendedores, de unos con otros es tarea -no simple- pero sí necesaria.

¿Qué tal una etiqueta que devuelva reconocimiento a todos los participantes en el proceso de elaboración y diseño en vez de una que asegure estatus y una consciencia descansada por garantizar el uso de tejido orgánico? 

Porque más allá de lo orgánico, está lo humano.

Tejedoras Chiapanecas
Vía: rainbow-project.blogspot.com


1. Saltzman, Andrea, El cuerpo diseñado, 2007, Buenos Aires, Arg., Paidós, pp. 42